¿Cómo superar la tristeza y la depresión?

A partir de la perspectiva de la inmortalidad del Alma, sepa cómo podemos mejorar nuestra vida y la de aquellos que amamos.

De la redacción
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04/04/2017 | Martes | 4:30 horas

La tristeza está presente en la lucha diaria de cada uno. Es una reacción natural del individuo que lidia con expectativas, sueños y frustraciones todo el tiempo. Incluso, la tristeza forma parte de la madurez del ser humano y también es una respuesta de adaptación temporalútil y proporcional a un sufrimiento vivido. 

No obstante, necesita realmente ser temporal y proporcional a lo que se vivió, pues cuando ese sentimiento malo empieza a ser constante y es acompañado de otros comportamientos perjudiciales, es necesario estar atento, porque puede ser una señal de depresión.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esa enfermedad es la segunda mayor causa de pérdida de calidad de vida y, en el año 2020, será tan común como el dolor en la espalda. 

La depresión afecta aproximadamente a 350 millones de personas en el mundo y es la mayor causa de incapacidad en el mercado de trabajo (resultando en una de las principales causas por las cuales se deja la profesión).

Y, en la peor de las hipótesis, la enfermedad puede llevar al suicidio, segunda principal causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años.

Vea algunas de las causas y señales de la depresión:

Gabriel Estevão

La depresión puede ser prevenida y tratada

Por esto, es necesario entender el tema, sin prejuicios o juicios, y no ignorar las señales. La depresión es una enfermedad seria (que tiene síntomas y etapas diferentes), pero que puede ser prevenida y tratada. Al percibir las señales es necesario buscar el diagnóstico de un especialista, psiquiatra o psicólogo, que presentará las mejores opciones de tratamiento para cada caso. 

Y, por encima de todo, comprender que el suicidio nunca es una solución, como enseñaba el inolvidable Proclamador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1, Alziro Zarur (1914-1979): 

El suicidio no resuelve las angustias de nadie”.

Por lo tanto, comprenda en este texto, a partir de la visión fraterna y de esclarecimiento espiritual de la Religión del Tercer Milenio, cómo podemos mejorar nuestra vida y la de aquellos que amamos.

Y además de los cuidados necesarios del organismo físico, se destacará la tan urgente atención al Espíritu Eterno del individuo.

El contenido es resultado de una reciente conferencia proferida por la ministra predicadora de la Religión del Amor Universal, Paula Suelí, y por la presentadora del programa ¡Vivir es Mejor! (de la Boa Vontade TV2), Camila Barbieri.

Investigaciones científicas comprueban que la tristeza prolongada baja la inmunidad, crea un ambiente propicio para enfermedades y hace que el cuerpo libere hormonas estresantes, acarreando diversas consecuencias negativas para la salud. Esté atento: una tristeza que no termina y que ya no se sabe más el motivo, puede ser una depresión. Obsérvese a sí mismo y a los que están a su alrededor.

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¿Cómo lidiar con el dolor para vencer la depresión?

“Nadie debe temerle al Dolor, porque es la liberación del Alma. No obstante, es necesario saber valorizar las enseñanzas que ofrece en nuestra vida. De nada nos habrá sido provechoso el sufrimiento, si de él no hubiéramos asimilado las lecciones elocuentes”,

afirma el Presidente Predicador de la Religión del Amor Fraterno, José de Paiva Netto. Es importante que reflexionemos sobre esta enseñanza, ¿cuántas veces, por medio del sufrimiento, reaccionamos a situaciones y elecciones que necesitan ajustarse en nuestras vidas? Entonces, no debemos estar presos al dolor, sino aprender con él.

La seguridad espiritual

Otro motivo para no aferrarnos excesivamente a ese sentimiento que no nos hace bien está vinculado con nuestra seguridad espiritual, porque existen Espíritus desencarnados aún ignorantes, que, incluso después del fenómeno de la muerte, continúan siendo consumidos por la tristeza, por el negativismo, y terminan siendo atraídos por nosotros cuando entramos en esa misma vibración.

Si nos mantenemos con ese comportamiento, abriremos brechas espirituales para que esos Espíritus nos influyan, transmitiéndonos una perspectiva infeliz de la vida.

Para comprender mejor este tema, es importante considerar las enseñanzas de la Religión Divina sobre la Ley de la Atracción. Ante esto, todo aquello que pensamos, lo atraemos hacia nosotros.

La comprensión de esa realidad no debe llevarnos a vivir con miedo o con manía de persecución: “¡Estoy triste, entonces debe ser una obsesión!”. ¡No!

Comprender esa Ley Divina amplía nuestra fuerza, nuestras capacidades de defensa espiritual, al advertirnos la existencia de las compañías espirituales (que pueden ser elevadas y benéficas o inferiores y destructivas) para que en las horas de profunda tristeza podamos reflexionar sobre qué tipo de influencia estamos atrayendo y así cuestionarnos: “Yo estoy triste por esto, pero ¿tengo motivos para llegar a ese estado? ¿Mi tristeza es proporcional a lo que estoy viviendo?”.

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El primer punto para ayudar a vencer la depresión

Entonces, el primer punto para ayudar a vencer la depresión: es muy importante aprender a defendernos espiritualmente, pues los sentimientos son un canal de acercamiento con las Almas que nos rodean, tanto las ignorantes como las de Luz. 

Estemos atentos, porque la presencia de seres espirituales inferiores es maléfica para la vida del individuo y puede, incluso, llevar a un cuadro de obsesión.

Ese es el cuidado con el “lobo invisible”, el pensamiento desorientado (desequilibrado) sobre lo que nos esclarece el Hermano Paiva en su serie de artículos La Misión de los Setenta y la Lección del Lobo.

La lección es, pues, la de permanecer atentos y activos, en sintonía constante con nuestros dedicados Ángeles Guardianes, en oposición al pensamiento desorientado, para no ser sus víctimas. A fin de cuentas, somos aquello que pensamos, hablamos y realizamos”, enseña el Presidente Predicador de la Religión del Tercer Milenio, en la tercera parte de su secuencia de artículos.

Cuidar de la salud es también prevenir la depresión

Otro factor de riesgo para la depresión es el consumo de alcohol y drogas. Muchos buscan esas sustancias para intentar amenizar los dolores, pero, no serán disminuidos, sino prolongados.

Sucede así, porque estas sustancias estimulan el cerebro de tal forma que, cuando el efecto pasa, tanto la persona como el propio organismo quedan deprimidos.

Y muchas veces el individuo vuelve a usar la droga (entrando así en un proceso de dependencia), porque el cuerpo no quiere permanecer en esa condición de “tristeza”.

Debido a eso, el alcohol y las drogas aumentan los riesgos de sufrir una depresión. Y también sucede lo contrario: la enfermedad puede ser una puerta de entrada para el uso de esas sustancias.

Y en ese caso serán dos enfermedades que necesitarán ser tratadas. Además, espiritualmente, el uso de las drogas puede agravar la condición de la persona, atrayendo hacia ella a los seres invisibles ignorantes y desequilibrados anteriormente citados en este texto.

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¿Quién piensa y quién siente: el cuerpo o el espíritu

¿Recuerda que hablamos de tristeza frecuente y de malos pensamientos que pueden llevar a la depresión? Ahora bien: nosotros creemos que la administración del sentimiento y el origen del pensamiento provienen de nuestro Espíritu, que es nuestra identidad espiritual. 

El cuerpo sin el Alma no siente nada. No obstante, no quiere decir que lo que sentimos no genere impacto en el cuerpo. Y ¿por qué es importante saber esto? Porque es necesario buscar el amparo médico requerido.

También, es primordial ir al origen del problema que está en el Espíritu, identificar lo que hace a la persona sentirse tan sola, infeliz, abandonada.

Pedro Rio

Es importante también prestar atención a la tercera edad, pues los ancianos pueden sentirse inútiles y solos debido a la dificultad para hablar con sus familiares, dificultades de locomoción y debido a las enfermedades crónicas que aparecen con el tiempo.

Algo muy importante que se debe recordar es que el Alma tiene una historia, porque, por la Ley Universal de la Reencarnación ya vivimos y renacimos muchas veces, tuvimos dolores, decepciones, abandonos, traumas emocionales sobre nuestro Espíritu, que necesitan tiempo para curarse. De la misma forma, ya tuvimos experiencias felices y podemos tener muchas otras más.

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Comprender esto nos ayuda a percibir que algunos problemas pueden tener su origen antes de esta existencia material (por lo tanto, en otras encarnaciones) y que lo que la persona está viviendo puede ser el resultado de algo que no fue bien resuelto en otras vidas. 

¡De ahí la importancia de no entregarnos al sufrimiento! No sabemos cuánto tiempo hace que estamos luchando contra ese sentimiento. A veces, espiritualmente, pueden faltar solo algunos pasos para la superación de ese dolor y para el cumplimiento de nuestro papel en esta existencia.

Escribe el Hermano Paiva Netto en su libro Apocalipsis sin miedo, páginas 73 y 74: 

"No dejemos escapar de la memoria lo que prometimos, en la Esfera Espiritual, realizar en la Tierra en beneficio de los semejantes. Generalmente, estamos eliminando errores cometidos en existencias anteriores. Quiero reiterar lo siguiente: la reencarnación no es un castigo de Dios.

Al contrario, es Su misericordia concediéndonos nuevas oportunidades. Es mejor que el infierno eterno. ¿Cómo un padre va a desear que su hijo, por más que se haya equivocado en una vida de 50, 60, 70, hasta de 100 años, pase toda la Eternidad en el sufrimiento infernal, en las llamas que no se consumen? (...)”.

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Aliar el conocimiento médico y la sabiduría espiritual en el tratamiento de la depresión

Tela: Gebhard Fugel (1863-1939)

Sobre el tratamiento médico, la Religión del Tercer Milenio nos llama la atención sobre el hecho de que la medicina es un legado de Dios a los seres humanos. Fueron seguidores del Cristo quienes fundaron los primeros hospitales en la Edad Media, pues Jesús socorría a los enfermos, lo que no era un hábito en la época. En la antigüedad, ellos eran apartados de la convivencia familiar y social, y muchos eran vistos como pecadores. 

Es necesario aliar los dos tratamientos: el material y el espiritual. Realizar el acompañamiento médico con especialista (psicólogo y psiquiatra) y seguirlo correctamente es de extrema importancia, incluso si esto demanda el uso de medicinas prescritas por el profesional, que debe respetarse y seguirse.

De la misma forma, son imprescindibles los cuidados espirituales, pues son preventivos y contribuyen a la cura. Al respecto, algunas recomendaciones ayudan a soportar los momentos de desafíos y a encontrar fuerzas para vencerlos.

Son ellas:

- Haga una oración: al levantarse, al acostarse, al prepararse para un compromiso, lidiar con un desafío en el trabajo y, principalmente, cuando le empiezan a surgir pensamientos negativos que pueden dar lugar a un cuadro depresivo. En ese momento, es necesario reaccionar, buscar el amparo Celestial (junto con los cuidados materiales requeridos) y comprender: “Yo no soy un derrotado, yo estoy luchando y venciendo”.

- Beba el Agua Fluidificada

- Promueva una Oración Ecuménica en el ambiente familiar: la Cruzada del Nuevo Mandamiento de Jesús en el Hogar;

- Participe en las actividades solidarias: lo que es saludable, no solo porque el trabajo voluntario es un importante aliado en la lucha contra la depresión, sino porque hace que nos involucremos en otro tipo de energía espiritual, la de la solidaridad, que conduce a la Paz y a la felicidad interior.

¡No desista!

Es importante considerar que tanto los cuidados del Espíritu como las providencias materiales exigirán de nosotros perseverancia, porque la depresión no es algo que cambia de un momento a otro, es decir, no es porque se empezó un tratamiento que todo cambió.

En una comparación con el atletismo, los dos tratamientos no son carreras de velocidad, sino un maratón, pues exigirá resistencia. Hace milenios, Jesús, el Divino Maestro, nos enseñó: 

“En vuestra perseverancia, salvaréis vuestras almas” (Evangelio, según San Lucas, 21:19).

Otra recomendación para ayudarnos a fortalecer el ánimo es oír músicas tranquilas, instrumentales y el Ave María, composiciones que tocan el corazón y así nos traen fuerza y amparo cuando otros recursos materiales no nos pueden ayudar.

+ Escucha el Oratoio El Misterio de Dios Revelado

Recordemos también esa preciosa enseñanza del Hermano Paiva, contenida en su artículo Vencer el Sufrimiento del cuerpo y del Alma:

"Todos enfrentamos problemas. ¡Todos! Si el drama no es estrictamente personal, se padece por alguien muy querido. Un mundo de paradojas, de contrastes impensables. En un último análisis, somos sencillos seres falibles, clamando por la tranquilidad del alma; instintivamente anhelando la armonía, unida al conocimiento de la Verdad, preferentemente Divina.

Jesús, el Gran Amigo que no abandona a un amigo en el medio del camino, posee la capacidad de iluminar el interior de las criaturas. Enseñaba Alziro Zarur (1914-1979): 'Ningún sufrimiento es en vano, ninguna lágrima se pierde. La vida humana es sólo una preparación para la Verdadera Vida.

No hay siquiera una lágrima que Dios no vea. ¿Y quién no llora su lágrima secreta? El Padre Celestial las guarda por toda la Eternidad'”.

¡Nadie pierde por luchar por la Vida!

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