¿Cómo ser un Padre ejemplar?

Carlos Eduardo Fernandes
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17/01/2018 | Miércoles | 13:15 horas

En cuanto a estos protectores de la familia, padres biológicos, adoptivos y tantas otras figuras paternas que están presentes en las diversas formaciones familiares, el Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1, José de Paiva Netto, amplía nuestro modo de ver este concepto al afirmar que: 

“Ya he explicado que padre es también aquel que hace nacer buenas obras —como sus hijas—, el que levanta indispensables construcciones espirituales y sociales —como sus hijos—. Las grandes figuras de la Humanidad no fueron progenitores en el sentido literal de la palabra, sin embargo trajeron hijos a la Tierra en forma de libros, descubrimientos científicos, filosóficos, morales, políticos y religiosos. Son admirables descendientes que benefician a multitudes, generación tras generación”, fragmento del artículo Pais de boas obras [Padres de buenas obras].

Y, por hablar de buenas obras, ¿qué tal pensar sobre los buenos ejemplos que deben ser transmitidos a los hijos? ¿Cómo ser un padre ejemplar?

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Ejemplo de Padre

Nadie desea ver a sus hijos sufriendo. Sin embargo, los desafíos están presentes en todas las etapas de la vida, incluso en la infancia y en la adolescencia. Por eso, corresponde a los responsables dar las orientaciones necesarias para que los hijos sepan conducirse y tomar las mejores decisiones en la vida cotidiana, sea en la presencia o en la ausencia de los mayores. ¿Y cuál es la mejor forma de educar sino por el buen ejemplo dentro de casa?

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Cuando una pareja tiene la costumbre de pelear, a menudo en la presencia de los hijos, en ese momento transmiten algunas ideas equivocadas, como: “es necesario gritar para ser oído” “no es posible resolver los problemas con calma”. Ninguno de nosotros es perfecto, tenemos mucho que mejorar, pero si queremos el bien de esos seres que fueron colocados por Dios en nuestro hogar, bajo nuestra responsabilidad, existe un Divino Modelo de Justicia y de Bondad que puede ser seguido por todos nosotros: Jesús, el Educador Celestial.

Una nueva mirada

Cuando el sufrimiento golpea nuestra puerta, nos enseña a mirar de forma diferente antiguos hábitos. Entonces, ¿qué tal elevar los ojos a los Cielos y buscar la ayuda en Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista? En sus enseñanzas aprenderemos cómo crear confianza, diálogo, paciencia, unión y otros elementos necesarios para la paz y la seguridad en el hogar. En Él, encontraremos las directrices para esa heroica, valiente y feliz misión de educar a los hijos, empezando por la reeducación de nosotros mismos, a fin de que seamos un padre ejemplar

Tela: James Tissot (1836-1902)

     

En el pasaje bíblico Jesús enseña a orar, el Cristo trae importantes aclaraciones a las familias. Vamos a leerlo en Espíritu y Verdad, a la Luz de Su Nuevo Mandamiento, la Buena Nueva del Divino Maestro, según San Mateo, 7:7 al 12: 

Jesús enseña a orar

7 - Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
8 - Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
9 - ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
10 - ¿Y si le pide un pez, le dará una serpiente?
11 - Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le piden?
12 - Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas.

En el versículo 11, Jesús nos llama la atención hacia la Misericordia Divina.  Porque si nosotros, seres humanos falibles, buscamos el bien para aquellos que amamos, Dios, el poseedor de la Sabiduría del Universo, hace lo mismo y mucho más por nosotros. Por lo tanto, sin excepción, todos pueden buscar en el Padre Celestial el conocimiento espiritual y el fortalecimiento para los cambios necesarios de comportamiento, hábitos y la perseverancia que debe haber en la familia, a pesar de los desafíos. 

No tengamos miedo de llamar a la puerta (versículos 7 y 8) y, a través de nuestra oración, pedir a Dios que nos ilumine y que nos abra los caminos para la superación de cualquier dificultad o conflicto familiar. Un gran ejemplo que puede ser transmitido a los hijos es la realización de la oración en los momentos de dificultad y también de agradecimiento por las victorias alcanzadas. Además de la demostración sincera de los mayores en tratar de corregir sus propios errores, esto ayudará a los hijos a hacer lo mismo, independientemente de las limitaciones que ellos encuentren a lo largo de la vida.      

Cada padre encontrará su mejor forma de instruir, hablar, orientar y dar el buen ejemplo, considerando la personalidad y las características del hijo. Pero, en todos estos momentos, incluso al enseñar a los más jóvenes cuáles deben ser las prioridades de la vida, es necesario que tengamos en mente esa reflexión de Jesús, en el versículo 12: “(…) todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos (…)”.  Y más, el Cristo nos convoca a dar un paso más allá, al traer Su Nuevo Mandamiento

“Amaos como Yo os he amado. Solamente así podréis ser reconocidos como mis discípulos, si tuviereis el mismo amor los unos por los otros”, (Evangelio, según San Juan, 13:34 y 35).

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Por lo tanto, busquemos con el Amor del Cristo, una tarea que se aplica y se perfecciona todos los días, según lo escribe el Presidente Predicador de la Religión del Tercer Milenio, en su libro Paiva Netto e a Proclamação do Novo Mandamento de Jesus. A saga heroica de Alziro Zarur (1914-1979) na Terra [Paiva Netto y la Proclamación del Nuevo Mandamiento de Jesús. La saga heroica de Alziro Zarur (1914-1979) en la Tierra], pág. 15:

“El Nuevo Mandamiento de Jesús, el Cristo Ecuménico y Divino Estadista –Amaos como Yo os he amado– es la clave para el supremo éxito de la sociedad planetaria. Pero, esto depende del esfuerzo del conjunto de sus integrantes. Antes que todo, el Divino Maestro lo ejemplificó, dejándose inmolar en la cruz por Su inmenso Amor a la Gran Familia Humanidad. Al seguir Sus pasos, debemos rever nuestras actitudes constantemente, de modo que no olvidemos jamás que es desde pequeñas demostraciones de Buena Voluntad que se fortalece la convivencia entre marido y mujer, padres e hijos, hijos y padres, comunidades y el mundo”. 

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Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo — También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.

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