¿Cómo ocurren los milagros?

Afirma el Hermano Paiva Netto: “Los milagros existen. Solo que, ante la Ley de Dios, no son milagros”.

Sarah Jane
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16/01/2018 | Martes | 13:05 horas

¡¿Cuántas veces en nuestra trayectoria nos sentimos fatigados?! Con la rutina del quehacer diario nos esforzamos por tener tiempo para la familia, para todo y todos, luchando constantemente por el bien común. Siendo así, en los momentos más difíciles, cuando parece que no hay forma de resolver el desafío que enfrentamos, la sensación es que solamente un “milagro” nos salvará. Y él ocurre...

Tela: Giovanni Lanfranco (1582-1647)

     

En cualquier situación necesitamos recordar que nunca estamos solos. Jesús está siempre con nosotros y no nos desampara. El propio Cristo, que es Uno con el Padre Celestial (Evangelio, según San Juan, 10:30), aseguró: 

“Lo que no es posible al hombre, para Dios es siempre posible” (Evangelio, según San Mateo, 19:26).

Por esta razón, busquemos la inspiración y las fuerzas necesarias en el Evangelio y en el Apocalipsis del Divino Maestro. Como ejemplo Su Nuevo Mandamiento en el cual, el Taumaturgo Celestial nos dio innumerables demostraciones del Poder Divino, realizando lo que llamamos milagro. No fue solo la cura de las enfermedades, sino la dádiva vino por la pacificación de los corazones (Evangelio, según San Juan, 14:27), por la propagación de la Sabiduría de Dios (San Juan, 15:1 al 10) y por la transformación profunda al traer la Luz a cada individuo (Evangelio, según San Mateo, 5:16).

+ Lea más sobre el tema en el artículo de Paiva Netto “Milagros socioespirituales de Jesús”.

Entre tantos ejemplos de la generosidad del Maestro de los maestros, citamos el pasaje “Jesús sana al siervo de un centurión”, registrada por San Mateo (8:5-13). En este, el Evangelista narra que, al estar Jesús en Capernaúm, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: “Señor, mi siervo está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado”. Y el rápidamente le dijo: “¡Yo iré y lo sanaré!” (versículo 7). Respondió el centurión y dijo: “Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di una palabra y mi siervo sanará” (versículo 8). Entonces, afirma el Cristo: ¡Ve y sea hecho conforme tu fe! Y el siervo del centurión quedó sano en aquella misma hora” (versículo 13).

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Un punto que destacar es que el Cristo de Dios tiene el Poder de salvarnos con Su palabra. Nuestros pedidos sinceros y motivados por Amor llegan a Su corazón. Y con amistad verdadera, Jesús siempre nos conforta, mediante el Espíritu Santo (Almas Benditas, Espíritus Luminosos, Ángeles de la Guarda entre otras denominaciones que caracterizan a los trabajadores del Cristo en el Mundo Espiritual). De modo que, entremos en esta sintonía Bendita, porque el fenómeno existe. Cosas extraordinarias pueden presenciarse en nuestra vida.

“Los milagros existen. Solo que, ante la Ley de Dios, no son milagros”

El Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1, José de Paiva Netto, presenta esta reflexión en su libro Sagradas Directrices Espirituales de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, volumen 1, pág. 286. En esta obra, el autor esclarece: 

“Hablando a las Mujeres Legionarias de la Buena Voluntad durante su 9º Congreso, realizado en Araçatuba, estado de São Paulo, Brasil, el 12 de mayo de 1984, les conté que, cierta vez, un periodista me preguntó si creía en milagros. Le contesté: Sí, creo. El fenómeno existe. Solo que, ante las Leyes de Dios, no son milagros, es decir, no son hechos que deroguen las leyes naturales, divinas. Pero, sí, acontecimientos que mañana tendrán su explicación científica, sin que sea negada la existencia del Divino Poder, que domina por sobre todos los sofismas de la envidia humana, que, infantilmente no quiere admitir la existencia de una sabiduría superior a la suya”.

Por eso, en Su primera venida visible a la Tierra, el Estadista Celestial presentó tantos “milagros”, hechos que la ciencia de la época no sabría develar, pero que hoy algunos ya son viejos conocidos, como por ejemplo el tratamiento y cura de innumerables enfermedades. Y como el conocimiento evoluciona, mucho aún hay que descubrir.

Ante esto, ¿cómo esos milagros ocurren en nuestra vida? A final, esa es una importante pregunta. 

¡Los milagros suceden por la fuerza de la Fe que Realiza!

Sí, si usted leyó hasta aquí, ¡encontró la respuesta! Ese es el conocimiento que la Religión del Amor Universal nos ofrece. Toda la Sabiduría del Cristo, Hijo Unigénito del Padre Celestial, puede accederse con el objetivo de mejorar nuestra vida y de toda la humanidad por el ejercicio diario de la Fe que Realiza (concepto enseñado por el Hermano Paiva Netto, que integra “Las Etapas Progresivas y Divinas de la Fe”). Esta es la etapa de la Fe en la que el impulso que motiva a creer de forma contundente igualmente nos dirige a actuar en lo que es correcto, Justo y Bueno. Por lo tanto, la unión de la Fe con las prácticas de las Buenas Acciones, por el Bien común.

+ ¿Cómo debemos ejercer la Fe?

Lo que la Religión del Tercer Milenio nos muestra con este conocimiento es que Jesús espera de nosotros actitud, comprometimiento. Si yo necesito que el milagro (la solución que yo aún no he visto) ocurra, yo elevaré mi pensamiento al Padre en Oraciones, pero trabajaré, tendré actitudes correctas, éticas y solidarias para alcanzarlo. Por ejemplo, si yo sé que la situación financiera está muy difícil, buscaré el amparo de Dios, pero entregaré el currículum, veré como puedo mejorar mis habilidades, intentaré perfeccionar mis conocimientos para calificarme mejor. Esto hace que nosotros estemos mejor preparados, incluso, para recibir la bendición, el milagro que tanto anhelamos. 

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Y ciertamente en el momento correcto él vendrá. No siempre de la forma como imaginamos, pero, invariablemente de la manera que necesitamos. Muchas veces, es necesario permanecer con el desafío, porque él traerá valiosas lecciones para nuestra vida y para nuestro Espíritu —enseñanzas que de otra forma no habríamos aprendido—. Y, también en ese escenario, el milagro puede estar ocurriendo y aún no darnos cuenta.

Consideremos también que muchas de las situaciones difíciles por las que pasamos  forman parte de nuestra Agenda Espiritual2, es decir, son compromisos que asumimos antes de reencarnar en la Tierra (por lo tanto, en el Mundo Espiritual), con el propósito de convertirnos en seres humanos y espirituales mejores. Para esto, existen adversidades que encontraremos y que necesitamos superar en esta existencia. Por lo que, confiemos en Jesús. Él sabe de nuestras luchas y nos dará las respuestas que necesitamos para nuestro perfeccionamiento individual y colectivo en el momento adecuado y en la medida correcta para cada uno de nosotros.

+ ¿Qué es la Reencarnación y por qué es necesaria?

¿Cuándo Dios atiende nuestros pedidos?

Seguimos con el pasaje del Evangelio de Jesús “Jesús sana al siervo de un centurión” (registrada por el evangelista San Mateo, 8:5 al 13). Otro punto que destacarse es sobre la calidad del pedido del centurión. Él reveló un gran cuidado con el trabajador. En una época en que eso no era común con los siervos, aquel oficial se conmovió, actuó movido por el Amor Fraterno. Por lo tanto, esa es la particularidad, el sentimiento que necesitamos tener en el Alma al hacer nuestro pedido al Padre Celestial, sea para nosotros o para alguien que lo necesite.

Dicho esto, nos podemos preguntar: “¿Cuándo Dios atiende nuestros pedidos?”. En su libro Jesus, a Dor e a origem de Sua Autoridade — o Poder do Cristo em nós [Jesús, el Dolor y el origen de Su Autoridad — el Poder del Cristo en nosotros], Paiva Netto registra, en las páginas 40 y 41: “Alziro Zarur (1914-1979), el descifrador del sublime sentido del Mandamiento Nuevo de Jesús, en sus instrucciones sobre la acepción divina de la Piedra Filosofal, de los antiguos alquimistas, enseñó que, ‘cuando hay Amor en el alma del que suplica, Dios concede todo. Pero, el Amor tiene que estar aliado a la Fe y al merecimiento. Por esto, el Nuevo Mandamiento es la materia prima para transformarse por la Fe, mediante la Oración, con base en las buenas obras’”.

El Nuevo Mandamiento de Jesús: “Amaos como Yo os he amado. Solamente así podréis ser reconocidos como mis discípulos, si tuviereis el mismo Amor los unos por los otros” (Evangelio, según San Juan, 13:34 y 35).

Tela: James Tissot (1836-1902)
    

Si supiéramos actuar con el Amor del Nuevo Mandamiento del Divino Maestro, grandes y profundos milagros también sucederían en la sociedad. Para esto, contemos con la intuición que viene de los Espíritus de Dios, Ángeles de la Guarda, Almas Benditas, que integran la Espiritualidad Superior. Ellos son científicos, políticos, religiosos, filósofos, artistas, deportistas y de los más variados campos del saber humano que vienen del Mundo Espiritual para ayudarnos.

Sobre la conexión entre la Tierra y el Cielo, aclara Paiva Netto en las Sagradas Directrices Espirituales de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, volumen 1, pág. 286:

“Un día, las Leyes de Dios que rigen el mecanismo de los llamados ‘milagros’ serán alcanzadas por la Ciencia terrena y totalmente comprendidas.  

“Dios no quiere que Sus hijos permanezcan eternamente en la ignorancia, sino que, paso a paso descubran los secretos, que solo se encuentran ocultos mientras no estén aptos para develarlos. No hay misterio eterno.

“Aliar el conocimiento humano al divino significa unir a las Dos Humanidades —la carnal a la Espiritual—, traer de lo Invisible a lo visible, por la fuerza de la Fe que Realiza, lo que allá se encuentra. Como reveló el Apóstol San Pablo, en su Epístola a los Hebreos, 11:1:

 “‘—La Fe es la sustancia de las cosas deseadas, la realización en el plano material de lo que se encuentra en el espiritual’”.

He ahí la clave para que logremos vencer todos los imposibles, alcanzar las soluciones para los momentos desafiantes. Vivamos la Fe que Realiza, el Nuevo Mandamiento de Amor dejado por el Cristo e integrémonos al conocimiento Divino. De esta manera, comprenderemos las lecciones que vienen de los problemas, conseguiremos encontrar las respuestas para el dolor y, veremos que, hasta también el aprendizaje alcanzado es un milagro que se dio en nuestra vida.

Envíe sus dudas y comentarios sobre este y otros temas del quehacer diario a la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo. ¡Permita que la Espiritualidad Ecuménica forme parte de su vida! Y si este contenido le hace bien a usted, ¡compártalo! También podrá tocar el corazón de muchas otras personas.

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Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.

Agenda Espiritual: Enseña la Religión del Amor Universal que nadie nace en la Tierra sin un propósito de existencia. El Educador Celestial, Jesús, nos dio Su ejemplo: “Descendí del Cielo, no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envió" (Evangelio, según San Juan, 6:38). Por lo tanto, cada uno de nosotros, antes de reencarnar en la Tierra, asumimos en el mundo espiritual —nuestra patria de origen— un conjunto de compromisos, desafíos y situaciones, que componen nuestra Agenda Espiritual.

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