El desempleo y los problemas financieros: encuentre la fuerza para resolverlos

De la redacción
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30/08/2016 | Martes | 17:45 horas

¿Usted está desempleado o con dificultades financieras y no sabe cómo revolverlo? Este no es el fin del camino. Vea este momento como una oportunidad para empezar a replantear las prioridades de la vida.  Después de todo, usted es más fuerte de lo que se imagina, pues tiene dentro de sí mismo todo el potencial Divino. Quien nos enseña esto es el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, al decir: “El Reino de Dios está dentro de ustedes”. (Evangelio de Jesús, según San Lucas, 17:21).

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En estos momentos, descubra lo que se puede aprender del desafío, cómo corregirse, y actúe con confianza en Jesús, el Gran Amigo de la Humanidad, que enseña: “Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán el Bien; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla el Bien; y al que llama, la puerta se le abrirá”. (Evangelio, según San Lucas 11: 9 y 10).

Con la fuerza que el Cristo de Dios transmite, permita que su talento y capacidad reluzcan ante esta adversidad. “La victoria es la mejor respuesta ante cualquier crisis”, enseña el Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, José de Paiva Netto.

¡Comience ahora, haga su oración!

No existen puertas cerradas: la Oración funciona

La oración es un poderoso mecanismo que nos ayuda a alcanzar muchas cosas, entre ellas: la paz del Alma, tan necesaria para no dejarse llevar por la desesperación de los problemas; la fuerza para seguir luchando por días de progreso y abundancia; y sobre todo la Sabiduría Divina, porque cuando oramos estamos hablando directamente con el Creador de todas las cosas: Dios, el Más Grande de los Economistas.

En los momentos de dificultades, busque nuevas oportunidades, mejore sus conocimientos y, sobre todo, tenga paciencia. Siga adelante, sin desanimar. ¡Esté seguro de que el Amparo Divino es mucho mayor que cualquier desafío!                                                    

¡Queremos orar con usted y por usted!

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